viernes, 23 de noviembre de 2012

25 de noviembre: Día Internacional de la lucha contra la Violencia de Género

«Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos...
Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de sexo...»

El sufrimiento humano provocado por la violencia afecta desgraciadamente a millones de personas en todo el mundo. Pero, en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, las organizaciones internacionales nos alertan sobre la enorme incidencia que la violencia de género tiene sobre muchísimas mujeres y niñas. La Unión Europea la califica de fenómeno mundial y sistémico. 

Solo en España, el pasado año  se produjeron 63.599 denuncias por Violencia de Género. En lo que transcurrido de este 2012 (hasta el 20 de noviembre) 43 mujeres han perdido la vida en  nuestro país asesinadas, víctimas de violencia machista. Esto sucede en una sociedad de las que nos atrevemos a llamar “avanzadas”.

Estas estadísticas se traducen en vidas de hermanos que pasan a nuestro lado, que viajan con nosotros en  el metro o el autobús, que participan en nuestras comunidades y grupos… 

Desde la perspectiva cristiana, la violencia de género tiene su mejor antídoto en el reconocimiento de la igual dignidad de todas las personas, hombres y mujeres. Esta firme convicción de la igual dignidad de todos supone para la Iglesia una exigencia de compromiso contra la violencia de género: apoyando las medidas estructurales, ofreciendo medios de acogida y apoyo a las víctimas y, sobre todo, educando la conciencia social con valores que lleven a un cambio en las mentalidades dominantes y explotadoras, más frecuentes de lo que se piensa, incluso entre personas con altos niveles de formación.


martes, 20 de noviembre de 2012

20 de noviembre: Día Universal de los Derechos del Niño

En este día conmemoramos la aprobación de las Naciones Unidas de la Convención de los Derechos del Niño. La convención significó un cambio en la consideración de los niños y las niñas comos sujetos activos con plenos derechos.



Al ratificar el instrumento, los gobiernos nacionales se han comprometido a proteger y asegurar los derechos de la infancia y han aceptado su responsabilidad ante la comunidad mundial por el cumplimiento de este compromiso. Los Estados Parte tienen la responsabilidad de informar periódicamente a un organismo compuesto por expertos elegidos internacionalmente, el Comité de los Derechos del Niño, de la aplicación y seguimiento de las medidas de la Convención. Este mecanismo de seguimiento y evaluación refuerza el compromiso asumido por los gobiernos para garantizar el cumplimiento de la Convención sobe los Derechos del Niño.

Esto tiene una repercusión inmediata en la supervivencia y desarrollo de millones de niños y niñas en todo el mundo. Gracias a la Convención es posible observar grandes conquistas en favor de los derechos de la infancia.
Sin embargo, a pesar de los notables progresos alcanzados en el avance de los derechos de la infancia, todavía queda mucho por hacer. Los progresos han sido desiguales. Muchos países no conceden aún a los derechos de la infancia la importancia que merecen en la legislación nacional.

En la actualidad es injusto que sigan muriendo 12 millones de niños menores de cinco años en todo mundo, la mayoría por causas que pueden prevenirse fácilmente; que haya unos 130 millones de niños en los países en desarrollo que no reciben enseñanza primaria, la mayoría de ellos niñas, y que unos 160 millones de niños padezcan desnutrición grave o moderada.

A principios del siglo XXI, hay cada vez más en todo el mundo una mayor toma de conciencia sobre los problemas que afectan a los niños y el compromiso para resolverlos. Pero nuevos problemas -como por ejemplo el VIH/SIDA- amenazan con anular en numerosos países varias conquistas sanitarias y sociales que costaron grandes esfuerzos.

Los niños y las niñas del mundo han recibido una promesa que todavía está en pie: garantizar el cumplimiento de la Convención sobre los Derechos del Niño. Las vidas de millones de niños y de niñas sufrirán si esta promesa no se cumple. (Fuente: UNICEF)