viernes, 25 de octubre de 2013

Recordando y celebrando el Espíritu de Asís

La familia franciscana celebra en estos días el llamado Espíritu de Asís, memoria e impulso del encuentro Interreligioso que inauguró el Papa Juan Pablo II el 27 de octubre de 1986 en la ciudad de San Francisco, cuando respondiendo a su llamada, rezaron y ayunaron juntos ciento cincuenta representantes de las doce principales religiones del mundo. Es el espíritu ecuménico y de Paz que brota del corazón y el mensaje del Poverello.


Corría el año 1986 y la guerra fría daba sus últimos coletazos en la batalla de imponer un modelo político, económico y social en el mundo. Fue entonces cuando un enérgico Juan Pablo II exhortó a los dirigentes de los diferentes credos del mundo a buscar un camino hacia la paz y a promover una práctica, la oración, que sirviese como instrumento para la consecución de este fin: “El encontrarse juntos tantos jefes religiosos para rezar es, por sí misma, una invitación actual al mundo a que se percate de que existe otra dimensión de la paz y otras formas de promoverla, más allá de las negociaciones, los compromisos políticos y los mercadeos económicos”, dijo entonces Juan Pablo II en un acto que pasó a la historia.

Del mismo modo que su predecesor, el papa emérito, Benedicto XVI, también visitó esta localidad de poco más de 25.000 habitantes para proseguir con lo que, a raíz de ese acto de 1986, dio en conocerse como “Espíritu de Asís”. Ratzinger, apenas un año y medio antes de dejar la silla de Pedro, se comprometió con otros 300 representantes de las religiones del mundo, entre los que se encontraban, como novedad, cinco agnósticos, “a trabajar por la paz”. “Nunca más violencia, nunca más guerra y nunca más terrorismo. Que cada religión lleve sobre la tierra justicia y paz, perdón y vida y amor en nombre de Dios”, proclamó Benedicto XVI en la explanada que precede a la Basílica donde está enterrado el santo, antes de proceder a un encendido de lámparas de aceite y la suelta de palomas, símbolos de esperanza y luz para la Humanidad.



La reciente visita de del Papa Francisco a Asís es otro signo de esperanza que nos anima a seguir orando y trabajando por la consecución de la Paz en el mundo y el diálogo como instrumento de construcción fraterna Nos quedamos con las palabras y la súplica del Santo Padre en la homilía de la misa celebrada junto a la Basílica de San Francisco, cerca de la tumba del Poverello:



"La paz de San Francisco es la de Cristo, y la encuentra quien «carga» con su «yugo», es decir con su mandamiento: «Amaos los unos a los otros como yo os he amado» (cf. Jn 13, 34; 15, 12). Y este yugo no se puede llevar con arrogancia, con presunción, con soberbia, sino solo con mansedumbre y humildad de corazón. Nos dirigimos a ti, Francisco, y te rogamos: Enséñanos a ser «instrumentos de la paz», de la paz que tiene su fuente en Dios, de la paz que nos trajo el Señor Jesús."