“La misericordia es un regalo de Dios a la persona que
suscita en ella sentimientos de gratitud por la esperanza y el camino que nos
abre. Además alimenta y robustece la solidaridad hacia los demás, como
exigencia de respuesta al amor gratuito de Dios. El camino es la superación de
los prejuicios y miedos cultivando una cultura del encuentro, del diálogo y del
consejo, donde se está dispuesto no sólo a dar, sino también a recibir de los
otros. Vivimos de dar y de recibir” (Papa Francisco, 12 septiembre 2015).
En el Año de la Misericordia lanzamos un grito de Paz y queremos pedir al Señor por todos aquellos que no se sienten acogidos en ningún lugar y que huyen de sus países. ¡Qué todos tengamos abiertas las puertas de nuestra casa y de nuestro corazón a todas las personas que necesiten cariño y un hoga!